2012/02/09

RESTAURO CRITICO restaurar, reconstruir?

Restauro Crítico   Restaurar, reconstruir?

El debate histórico, artístico, conceptual, iniciado en el siglo XVIII y XIX, sobre la restauración o no, del legado histórico construido o semi destruido, existente en la época, se inicia por las diferentes sensibilidades respecto al tratamiento que merece el mismo, que despierta, entre los expertos y autores, una conciencia necesaria para defender sus convicciones.

A la restauración estilística, que lleva al límite el concepto entre, la restauración y el proyecto  “nuevo” a estilo, los conceptos de la restauración; le surge una discutida Conservación a ultranza de la ruina, posteriormente matizada con el restauro Científico, que admite la necesidad de mantener y conservar con usos y contenidos, los edificios en ruina; procediendo de una manera mixta, actuando pero en otro estilo diferente al original.

Como no podría ser de otra manera, una vez formalizada y consensuada la teoría y observados algunos de sus resultados, provoca un areflexión, que genera una evolución de la misma teoria. En un contexto de destrucción masiva y crisis provocado por sucesivas guerras, una reflexión critica del restauro científico, observa, que se aleja del valor artístico real de la obra derruida o en ruina. La memoria común, la memoria social, exige la recuperación de la obra de arte y de su significación real, tal cual fue; introduciendo  el concepto del entorno, o “ambiente” alrededor del monumento; o la consideración de entorno monumental, sumando construcciones con menos valor histórico artístico como interesantes, para recuperar el propio monumento. La necesidad de restaurar a imagen y semejanza de lo que fue, crea pues su fundamento teórico, para justificar el valor artístico sobre el histórico (que también) fundamentales para justificar su recuperación. Desarrolla el concepto de la restauración a estilo, que si procede, se puede realizar respetando escrupulosamente, el objeto original; valiéndonos para ello del mayor conocimiento histórico – científico, disponible.

Las nuevas tecnologías, la fotografía, los archivos históricos y las técnicas constructivas, cada vez más avanzadas, permiten disponer de información y capacidad suficiente, para llegar a conclusiones objetivas, necesarias para no confundir, “la restauración” o “reconstrucción”, de “la reinterpretación”; imposible con las normas del restauro científico, que no permitía componer las partes a estilo de la ruina. La vuelta de tuerca de ésta teoría respecto a sus antecesoras, se basa a mi parecer en valorar las nuevas tecnologías para poder construir, con los materiales originales (o similares a ellos), permitiendo la doble lectura de la restauración, lejana, donde se recupera la imagen global de lo que fue y la cercana, donde se aprecia la actuación del original. El fin es la recuperación del monumento, como fue y donde fue, valiéndose de todas las disciplinas que nos permitan, analizar los restos, las ruinas y su pasado, para con su lectura proceder a su recuperación.

Las diferentes disciplinas, permiten los diferentes enfoques, no obstante, el fin ultimo es lo que une a todas ellas; realizar una valoración CRITICA de la obra, previa a su restauración, analizando los verdaderos valores histórico artísticos y proceder en consecuencia.

Los lugares, adquieren un valor histórico artístico, que anteriores teorías no profundizaron, si bien, señalaron. Este conjunto es el concepto que revaloriza el edificio o conjunto, respecto al resto de las consideraciones, sobre su potencial valor histórico - artístico - patrimonial. Las grandes catástrofes, consecuencia de las guerras, tan destructivas, han despertado en la sociedad una conciencia del valor del entorno, que merece recuperar, como fue y donde fue.

Los prejuicios, los dogmatismos provocan una posición previa frente a la obra. Suponen una abstracción que nos aleja del propio lugar. No provocamos que el lugar, la situación y el contexto nos den pistas sobre las decisiones que debiéramos adoptar. Las normas no sirven para todas las situaciones; es necesaria una “cintura” conceptual, desarrollada con el conocimiento y el profundo análisis de la obra, su representación, representatividad y significado en la sociedad que la rodea. La cultura se adquiere enseñando, mirando y observando.

A veces “los árboles nos impiden ver el bosque”.
Suponer que conocemos la solución sin haber siquiera observado el continente ni el contenido, el contexto que rodea al edificio y su restauración; es un planteamiento reduccionista; pues eliminamos desde el principio consideraciones que deberemos realizar in situ. Consideraciones sobre la historia, el arte, el valor simbólico, el valor social, el valor sentimental, el valor cultural, las condiciones del entorno, las condiciones económicas, y en general los objetivos que proponemos alcanzar, al realizar la restauración. Como realizarla la debemos decidir en cada caso, en cada lugar, en las condiciones del propio contexto.

Daniel Carballo Ostolaza, arkitektoa

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