2011/10/31

AÑANAKO GATZ HARANA - SALINAS DE AÑANA


AÑANAKO GATZ HARANA ri egindako bisita

 


La rehabilitación de un edificio catalogado como patrimonio histórico o cultural tiene una connotación directa en el entorno urbano por su repercusión en la memoria colectiva. Memoria visual. No tanto por lo vivido habitándolo, si no por lo ocurrido en su entorno. Su desaparición podría hacer desaparecer de la memoria de sus habitantes un elemento visual, pero con diversa carga social en su significado.
Cuando el patrimonio a rehabilitar es por un lado parte del paisaje común, lugar de costumbre, incluso puesto de trabajo, la trascendencia es aún mayor por su magnitud física y social. Los habitantes y visitantes, comprenden el territorio, inaccesible para unos, habitual para muchos; donde se unen la necesidad de pertenecer a él, como obligación. Las costumbres, estacionales algunas, diarias otras, dejan huellas de todo tipo en las construcciones, nombres y costumbres. La sencillez de las huertas de sal, convertidas en monumento. Un material económico. Una materia prima procedente del lugar. La cultura de la sal, reflejada en la extraordinaria manipulación del territorio.

Sensaciones contradictorias han recorrido mi cabeza. Por un lado observo con regocijo, las imágenes de las terrazas cubiertas de vegetación. Observo cómo la naturaleza recupera su natural equilibrio y como el ser humano se obceca en mantener su primacía sobre el mismo, estableciendo sus reglas, ésta vez vestidas de interesantes y ambiciosas actuaciones para la recuperación de la memoria productiva del valle, del pueblo de Añana.

Observo el estado ruinoso de la antigua salina que hay que reconstruir, introduciendo nueva madera (a veces diferente al origen) incluso la incorporación de materiales como el neopreno! Para mi asombro.

Intento comprender el gran esfuerzo de comercialización de un producto de gran calidad y alto precio de venta, en un mercado para pocos. Los cocineros de prestigio apadrinan este su producto como preferente (como no podría ser de otra manera, pues su filosofía es trabajar sobre todo con producto del país, para exportar su potencial en la gastronomía vanguardista). Una tradición, un patrimonio a cambio de niveles de excelencia y exquisitez, dignas de una obra apadrinada por mecenas. Es decir, que el sentido común nos diría que desistiéramos del intento de semejante aventura comercial en un mercado mas modesto.

La mezcla del territorio con el patrimonio han confundido mis principios respecto a la prioridad de lo que deberíamos recuperar. El valle original, el río, sus especies, la biodiversidad de este paraje, en definitiva la naturaleza recupere su curso. ¿O recuperar las artes del hombre para su subsistencia, la industria de la sal como tradición cultural? Sigo sin sacar una conclusión clara.

 


Acuerdos
No obstante admiro y me he asombrado con el exhaustivo trabajo realizado en la obtención de información sobre el origen, la sistematización y metodología constructiva de las terrazas salinas. Sus épocas, técnicas y diferentes fases, analizados con lupa y con satélite. La obtención y catalogación de las diferentes huellas observadas y extraídas con minuciosidad. La recuperación de tradiciones, de puestas en valor de costumbres poco a poco olvidadas y convertidas de nuevo en motor de la economía directa o indirecta del municipio.

Desacuerdos
Respecto a las nuevas incorporaciones arquitectónicas, debo decir que me ha parecido discutible la situación e idea formal del centro de interpretación, haciendo un ejercicio de arquitectura de homenaje a las capacidades constructivas y formales de la madera, como material de gran capacidad para crear arquitecturas complejas, utilizando maderas de muchos orígenes; diferentes al utilizado en el lugar homenajeado. En vez de buscar una construcción mas integrada y sencilla, a la altura del magnifico paisaje artificial del valle.
Se oculta asombrosamente la joya de la intervención (el caparazón) con dos muros de piedra con un ininteligible canalón metálico que intentan resolver con incertidumbre, la impermeabilidad de la cubierta de interminables capas: aparente, impermeable, aislante e interior (cada una de diferente madera, la mayoría importada). O el muro de piedra, con su roza correspondiente, para evitar filtraciones al interior.

Me parece una gran oportunidad perdida para realizar un homenaje formal o de contenidos sobre la estructura de la terraza y el recorrido del agua, que no he observado en el mismo; si no más bien, es un magnifico homenaje a la capacidad del hombre en complejizar con tecnología lo que la tradición nos ha enseñado que se puede hacer de forma más sencilla. Sobre todo teniendo en cuenta el lugar que se sitúa. Mas parece un objeto ajeno, colocado en una esquina del valle.

Pecando de vanidad de arquitecto, hubiera imaginado una cubierta de agua (salada o no), creando un espejo donde se pudiera reflejar el impresionante paisaje de las terrazas de la salina, como gran centro donde se pudiera resumir toda la visita haciendo un recorrido real o virtual del agua y la sal, dentro del mismo edificio. Comprendo y asimilo mejor los pabellones en la zona de entrada a la salina, como elementos más modestos y proporcionales con el entorno. Sencillos a la vez que elegantes.

Conclusiones
Una vez satisfecho mi ego arquitectónico, he salido maravillado de la experiencia y del trabajo en recuperar técnicas y procedimientos tradicionales. Del trabajo y metodología en toma de datos y obtención de información previa.

Quedaría más maravillado del trabajo de rehabilitación si no se introdujeran materiales tan vanguardistas como el neopreno o aplacado de piedra para formar el suelo de la terraza. Me da la impresión que confunde la producción de sal de calidad de alto coste, con el objeto de la rehabilitación. Y ¿si hiciéramos las terrazas de poliéster reforzado, o de pvc? Desde luego, constructivamente simplificaríamos la capa de arcilla y sus inconvenientes, mejoraría la calidad sanitaria del producto y su durabilidad y resistencia a los agentes estaría garantizada. ¿Pero que diferencia hay entre el neopreno y el poliéster, una vez atravesado el umbral conceptual?

No obstante aunque sea una cuarta parte de todo el área, me conformaría si se mantuviera ésta tradición salina, aunque sea testimonial, solo en las terrazas apadrinadas. Y creo que la velocidad de crecimiento debería ser proporcional al número de padrinos obtenidos, resultado de que la sensibilización que se hubiera extendido a muchos agentes, en la recuperación de la salina.



Nota: Tengo que señalar que las condiciones de seguridad en el trabajo no entienden de excepciones, en cuanto a patrimonio o obra nueva; y he comprobado la inexistencia de protecciones (barandillas o redes de protección frente a caídas) para los trabajadores. Creo que con un poco de esfuerzo de integración, la propia madera se puede utilizar para este fin, sin afectar al impacto visual ni paisajístico. La condición de arquitecto en activo y mi situación “in vigilando” me obligan a dar parte de la incidencia. Espero que se entienda que la salud laboral no es incompatible con la restauración.
AÑANAKO GATZ HARANA - SALINAS DE AÑANA

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