2011/05/31

INTRODUCCIÓN - SARRERA

HÁBITAT
Las diferentes especies que habitan en la tierra se han adecuado a entornos que favorezcan su desarrollo. El entorno natural ha sido el objeto de consumo mas adecuado para la subsistencia. Actualmente este concepto lo enmarcamos al mundo animal y su entorno. El hábitat natural de las sociedades se ha convertido en el pueblo, la ciudad, la urbe. La relación de los habitantes humanos urbanos, con en entorno natural inalterado es puntual y a veces inexistente.
Los espacios naturales inaccesibles e inalterados son objeto de protección legal, para preservarlos de su más peligroso depredador: el propio habitante humano.
La agricultura, antaño para abastecimiento propio o limitado en su extensión, es actualmente fuente de ingresos económicos, por lo que el territorio no habitado por el humano, es transformado en tierra fértil, labrada o arbolada, para su posterior consumo.
REFLEXIÓN
La biodiversidad es un concepto que nos resulta conocido por moderno. Progresivamente hemos ido acotando el territorio natural de las diferentes especies, haciendo prevalecer el territorio de la única especie consciente de su superioridad respecto al resto. El habitante humano. El desarrollo por el propio desarrollo (para que parar), evita todo tipo de reflexión que mire a los lados o hacia atrás, respecto al tratamiento que hemos hecho al entorno natural preexistente. Todo lo que no de beneficio y sea un gasto es considerado un problema. De esta manera y con la simple negociación económica con el propietario de la parcela correspondiente tenemos opción de disponer de cualquier entorno natural para ejecutar nuestra justificadísima actividad, en aras de nuestro beneficio económico. Las alertas de los expertos respecto al consumo desaforado de los recursos naturales, solo han conseguido legislar los niveles de emisiones, y cuantificar las indemnizaciones, que a la postre sirven para ensuciar más el territorio afectado (por lo inservibles que resultan ser).
LA TIERRA - LURRA
Mientras sigamos siendo humanos, y en el proceso de convertirnos en biónicos, clónicos o transgénicos, el medio natural que nos rodea, nos seguirá abasteciendo de lo necesario para la subsistencia. El progresivo alejamiento del humano respecto la tierra, tienen repercusión en la salud. La convivencia del humano con materiales modificados (químicos, eléctricos, sintéticos), afectan los equilibrios existentes en el cuerpo.
Las ciudades reducen a la mínima expresión los espacios naturales, convirtiéndolos en espacios arbolados o ajardinados. La biodiversidad se ha modificado y solo subsisten las espécies más resistentes (roedores, humanos, insectos, vegetales varios, árboles). El resto de las especies, salvo en un hábitat propicio, o propiciado (zoológico, parque o similar), han migrado o desaparecido de nuestro entorno.
LOS CORREDORES ECOLÓGICOS
El concepto, conocido por moderno, define éstos espacios naturales con biodiversidad poco o nada alterado. La recuperación o mantenimiento de estos corredores, permiten a especies existentes en nuestro territorio, atravesarlo sin problemas añadidos a los propios de cada especie.

Las ciudades y los sistemas generales que los hacen accesibles para el resto de humanos, en su desarrollo, van cortando corredores ecológicos existentes, sin las medidas correctoras correspondientes.
El movimiento ecologista, por minoritario es la excepción que confirma esta tesis.
Las causa de “fuerza mayor” o el “bienes necesario”, hace indiscutibles acciones contra la naturaleza, la biodiversidad, en definitiva piedras contra nuestro propio tejado.

EL VALOR ECOLÓGICO COMO BIEN NECESARIO
La inalteración del propio entorno es en beneficio propio y debe ser gestionado con inteligencia y proporción. La acción en el no deberá disminuir su valor natural preexistente y si lo hiciera, debería recuperarse proporcionalmente. El habitante humano, debe reflexionar sobre su entorno y tomar medidas respecto al uso y consumo que hace de el.

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